Los detectives privados en Madrid en el presente tienen una forma de trabajar y un área de desempeño bastante específicos. Éstos tienen que ver sin duda con la actualidad de la propia sociedad madrileña: particulares y empresas tienen una serie de necesidades de seguridad, de conocer cierta información, etc…, y es por ello que acuden a un investigador privado. ¿Pero esta realidad se mantendrá de esta forma? ¿Acaso los cambios sociales y tecnológicos afectarán el trabajo cotidiano de un investigador privado? Analicemos paso a paso qué perspectivas a futuro puede tener el trabajo de un detective privado en una gran ciudad como Madrid y extrapolando, en otras ciudades como ésta.
Más asociaciones y trabajos conjuntos para un mundo global
Hace algunas décadas que el adjetivo “global” se utiliza para describir y en ocasiones, definir al mundo del siglo XXI. En realidad, podemos considerar que el término es en cierta medida un pleonasmo, puesto que toda acción que abarque a la totalidad del planeta puede considerarse global. Sin embargo, el avance en las tecnologías de la información que nos permiten enterarnos gracias a un sencillo Tweet de lo que está sucediendo en las calles de Tokio en este mismísimo momento, hace que en realidad el mundo se sienta más pequeño y las modas, la información, los mensajes y los productos viajen a mayor velocidad y se compartan en todo el mundo con mayor rapidez.
Esta globalidad ha hecho que el mundo de los negocios también cambie, y ello no es diferente en el mundo de la investigación privada. Las mejores agencias de detectives privados en Madrid y todas las ciudades grandes y cosmopolitas a escala europea y mundial han buscado formar parte de Asociaciones que agrupan a las empresas del rubro y con ello establecer alianzas estratégicas con otras, en diversos países, de forma que realizar una compleja investigación que nos lleve a desplazarnos a otras latitudes se facilite, y de esta forma, siempre poder ofrecer un excelente resultado a los clientes. Así, MONOPOL DETECTIVES, pertenece desde hace muchos años a la World Association of Detectives.
Es verdad que no sólo en el área de la investigación privada se dan estas asociaciones estratégicas y esta tendencia a formar parte de asociaciones como parte de la definición de una empresa del ramo, pero sí es cierto que anteriormente se solía pensar en los detectives privados como “lobos solitarios” y quizá personas que trabajaban de forma aislada y un poco en la penumbra, en tanto que en la actualidad el formar parte de estas alianzas estratégicas es una ventaja que no se puede menospreciar.
Investigaciones empresariales… ¿una auténtica mina de oro?
Nuevamente debemos reconocer que la actualidad y las tendencias futuras echan por tierra un viejo cliché correspondiente a los detectives privados: el que nos pinta al detective privado que sólo investiga casos de particulares celosos que buscan seguir de cerca a sus parejas para corroborar el engaño del que son víctimas. Si bien es cierto que los detectives privados tienen casos de este tipo y trabajan a profundidad otros casos particulares como por ejemplo la búsqueda y localización de personas, los involucrados con las demandas de separación y divorcio, e incluso una amplia gama de casos relativos a los arrendamientos urbanos, también es verdad que las investigaciones empresariales son las que cada vez más tienen una mayor demanda y las que están definiendo al mundo del investigador privado actual y a futuro.
Podríamos decir que el trabajo del detective privado se ha ido convirtiendo en una labor mucho más ejecutiva que permite constituir una auténtica red de apoyo para los pequeños y medianos empresarios, permitiéndoles contar con una sólida información para respaldar distintos tipos de decisiones empresariales.
Como podemos ver, la imagen del detective privado cuya posible labor era seguir personas se va desdibujando para dar lugar a un profesional multifacético, preparado y empapado de conocimiento de gestión empresarial que le permite abordar los casos empresariales pero también los particulares con mayores herramientas y una base de prestigio mucho más sólida.
Enfrentar más restricciones y protecciones a la privacidad
Es innegable el enorme papel de las tecnologías de la información y la comunicación en nuestra vida cotidiana. Los móviles desde los cuales podemos comprar un obsequio, responder un importante correo electrónico o localizar la casa de un amigo son una presencia cotidiana. Pero también nos hacen vulnerables y exponen nuestra privacidad. Es precisamente esta tela tan fina que divide la comunicación inmediata con la pérdida de privacidad, aunada a las difíciles condiciones que enfrenta la seguridad a escala mundial en estos momentos, que ha hecho que en diversos países se levanten voces que piden una mayor protección de la privacidad individual.
Es en ese sentido que los detectives privados deben hacer gala de conocimientos técnicos y de su propia experiencia, y no tanto de dispositivos tecnológicos que están prohíbidos para realizar trabajos de seguimiento, vigilancia u otros dentro de la labor de un investigador privado. Por ejemplo, el usar drones en las ciudades, o el uso del GPS para realizar seguimientos personalizados. Hay muchos puntos en que la seguridad ciudadana y nacional, aunada al uso de la tecnología y a la necesidad de proteger la privacidad que tienen los individuos en un mundo donde es común hacer públicos hasta los más mínimos detalles de la vida íntima, dibujan un panorama en que no será la tecnología, si no la experiencia, el conocimiento y la preparación los que harán bueno a un detective privado.
Un trabajo de naturaleza mixta
La tecnología en la actualidad es una variable omnipresente en cuanto al desarrollo de casi cualquier actividad laboral. Evidentemente, el trabajo de un detective privado no es la excepción.
Ello no implica que el trabajo minucioso de un detective (al estilo Sherlock Holmes) desaparezca, si no que el trabajo se volverá sin duda un híbrido. Las técnicas tales como las entrevistas cara a cara, el ir de puerta en puerta buscando testigos y otras que son parte del repertorio clásico de un investigador privado no desaparecerán jamás, pero se complementan y entre mezclan con las herramientas novedosas que proporciona la tecnología.
Y es que en estos días, resulta innegable que se puede encontrar más información sobre una persona con un par de horas bien invertidas en un ordenador que con días o incluso semanas utilizando métodos que eran lo normal hace unos quince o veinte años. Existen miles de pequeños fragmentos de información que pueden reunirse utilizando simplemente los registros públicos y las redes sociales. Hoy en día el tomar todos esos pequeños datos y unirlos implica un uso bastante experto de los ordenadores e internet. Se hace en un ordenador, pero “manualmente” por decirlo así. Sin embargo, probablemente esto no siga así por mucho tiempo. Imaginemos contar con un software basado en cierta medida en los algoritmos de Google, pero hecho para hacer una búsqueda intensiva. Relacionar pequeños bits aquí y allá y arrojar coordenadas, perfiles, fotos ocultas, relaciones entre publicaciones, contraseñas…
Herramientas como ésta ya han empezado a desarrollarse aunque no posean la potencia que un investigador privado precisa. En el momento presente aún se necesitan horas de búsqueda personalizada en la Web para encontrar información valiosa, actualizada y pertinente sobre personas y situaciones.
¿Cuál será el auténtico rostro de la relación entre tecnología e investigación privada a futuro? Las herramientas tipo gadget y diferentes tipos de software facilitarán el trabajo de un detective privado o quizá será a la inversa y esta omnipresencia tecnológica hará más difícil valerse de internet, pero a la vez, intensificarán las medidas de protección que las personas toman, sumidas en una paranoia de que cualquiera puede robar la información que vierten en internet.
Al final, todas las herramientas tecnológicas no son más que eso: útiles. Una herramienta es sólo tan buena como la técnica y el conocimiento de quien la utiliza. Así que en un mundo y un mercado dominados por la tecnología, en realidad es la experiencia del detective la que hará que esta herramienta sea una ganancia o una pérdida para su empresa.
Profesionalización, ética y nuevos horizontes
Las perspectivas a futuro parecen apuntar, entonces, a un mercado en el que las investigaciones empresariales cobran más importancia que las clásicas investigaciones particulares, sin que estas últimas desaparezcan. A un ambiente laboral en que los detectives privados en Madrid tendrán que hacer gala de una profesionalización de primer nivel para demostrar que son más que una simple herramienta virtual y que pueden hacer un trabajo tan profundo como el que realizaban sus homólogos de antaño sin contar con un ordenador, e incluso más, pues aprenderán a valerse de todos los recovecos que ofrece este mundo paralelo de la ciber-realidad para entregar reportes más completos y con información más detallada.
Sin embargo, en este panorama no hemos hablado de una última arista que cambia y a la vez permanece inmutable en el trabajo de un detective privado, y ésta es sin duda la ética. Y es que en este espectro cambiante de perspectivas profesionales más enfocadas a la búsqueda de información económica y ejecutiva, como por ejemplo:
- Verificación de antecedentes laborales
- Control de rendimiento de delegados, empleados, vendedores y representantes
- Control de bajas laborales
- Absentismo laboral
- Duplicidad de actividades profesionales
- Competencia desleal
- Canalización de ventas a través de empresas participada
- Informes financieros y económicos previos a embargos y juicios ejecutivos
- Localización de bienes
- Insolvencias fingidas
- Contra-espionaje industrial y comercial
- Investigaciones sobre patentes y marcas
- Fugas de información
- Falsificación de marcas
- Usurpación de patentes
- Plagio de procesos productivos
- Fraudes a compañías de seguros
- Verificación de siniestros y accidentes dudosos
- Secuelas de lesionados en siniestros, lesiones fingidas
- Daños en general
- Responsabilidad civil
Se hace cada vez más importante, tanto a escala de la relación con las herramientas de trabajo como en la dimensión del espectro laboral, que el gremio completo de los detectives privados en Madrid y España re-piense su relación con la ética profesional, puesto que más herramientas y más tecnología implican un mayor poder de conocimiento en lo que respecta a la intimidad de las personas y a la esfera de su vida privada, aunque las estemos investigando para un caso de investigación empresarial.
El futuro de la profesión, a final de cuentas, no depende de los avances tecnológicos que se utilicen, ni de los casos más comunes, si no de la honestidad con que los detectives aborden los casos. La honorabilidad ante los clientes, así como el estricto respeto de las normas éticas de la profesión es sin duda lo que abrirá nuevos horizontes y desafíos a los investigadores privados en Madrid y en otras grandes ciudades con sus mismas características urbanas.
Un último desafío está en la distinción entre local y global. ¿Acaso con esta masificación en el uso de tecnologías digitales los clientes optarán por contratar detectives de otras localidades o de otras ciudades? Probablemente no. El saber-hacer local es importante: el conocimiento de un entorno físico no puede extraerse de un ambiente virtual. Madrid es única, como lo son Barcelona, Sevilla, Londres o Moscú. Así mismo, la reglamentación legal que regula la actuación de un detective privado es diferente en cada Provincia, Comunidad Autónoma y por supuesto, en cada país, más allá de la existencia de regiones transnacionales.
Resumiendo, los desafíos para la labor de un detective vienen de muchos frentes, pero el profesionalismo, la experiencia, la preparación y el uso hábil de herramientas aunados a una ética incólume preparan al detective privado a enfrentar estos nuevos horizontes y perspectivas.